“El universo está hecho de historias, no de átomos”, Muriel Rukeyser.
“Nada es verdad; todo está permitido”, Hassan-i Sabbah.
Algunas de las más brillantes filosofías en la historia de la humanidad han sugerido que el mundo es una ilusión–el budismo, el gnosticismo o el idealismo, por mencionar sólo algunas. Se ha utilizado fundamentalmente la metáfora de un sueño para describir este existir en la irrealidad y actualmente se ha evolucionado esta sospecha cosmológica formulando una nueva metáfora: la simulación o el constructo informático. Reconocer la ilusión, como saber que uno sueña entrando en un estado de lucidez, es la marca del iniciado, la conciencia que se ve a sí misma ya no como un ego sino como la ilusión misma, el universo entero en un espejo infinito.
Siguiendo esta línea de investigación es plausible pensar que aquellos que perciben la ilusión consustancial del universo son parte de una conspiración –aquella que mantiene la ilusión o aquellos que tienen acceso al código de la programación. Estos iniciados podrían ser vistos como una especie de agentes de la Matrix, algunos de los cuales quizás podrían participar en el diseño del programa, proyectando sobre la nada las imágenes del mundo. (Sostiene el budismo a través del concepto de sunyata, que la realidad de las cosas es la no-realidad, todas las cosas están vacías y son solamente construcciones mentales de nuestra percepción). Atisbar esto es quizás el paso fundamental de la iluminación: el estado búdico que es equivalente al despertar de un sueño.
Hace algunos días el sitio de divulgación científica de la Universidad de Cornell publicó un paper de cosmología en el que se dice comprobar la inexistencia del universo –o algo como una conspiración que muestra que el universo ha sido diseñado por una sociedad secreta cósmica. La teoría se sustenta en los resultados de la Misión Planck, que muestran que “todos los parámetros describiendo el Universo dentro del modelo ACDM pueden ser construidos a partir de un pequeño conjunto de números conocidos de la teoría conspiratoria. Nuestros descubrimiento son confirmados por datos recientes en la física de partículas de alta energía. Esto claramente demuestra que el universo es un plan iniciado por un grupo o logia desconocida. Analizamos posibles escenarios para esta conspiración, y concluimos que la creencia en la existencia de nuestro universo es una ilusión, como ha sido previamente asumido por antiguos filósofos, autores de ciencia ficción del siglo XX y cineastas contemporáneos”.
Los autores Jörg P. Rachen, un astrofísico que ha publicado investigaciones sobre los resultados de la misión Planck estudiando la luz más vieja del universo, y Ute G. Gahlings, desarrollan su teoría luego de descubrir que el número primo más pequeño que es la suma de tres números primos consecutivos es 23 = 5 + 7 + 11. Mismo número que mantiene relaciones insólitas con π y que además es el número más importante en la moderna teoría de la conspiración, luego de que se la apareciera en una serie de sincronicidades a William Burroughs y más tarde a Robert Anton Wilson, autor de Illuminatus! Trilogy, quien lo conectara a una serie de comunicaciones telepáticas emitidas desde el sistema estelar de Sirio. Sirio es el origen también de la proyección holográfica del Logos que simula la realidad en la novela VALIS de Philip K. Dick, inspirada en un episodio de comunicación telepática con inteligencias astrales.
“Consideramos que es posible que las fechas de los eventos del fin del mundo están encriptadas en nuestra conciencia. Como la fecha del día predicho, diciembre 21 del 2012, ha pasado sin efectos notables, y el error es inconcebible, debemos de concluir que nuestro universo concluyó esa fecha, pero mientras Ellos reciben una extensión de fondos y la simulación es reiniciada con todas las experiencias de lo temporal borradas de nuestra memoria”, dicen los autores
Evidentemente este paper se trata de una broma de April Fools’ Day, publicada en una prestigiosa institución con un estupendo humor. Pero más allá de que la teoría es intencionalmente desaforada, parodiando las teorías de conspiración, pensar que el universo es una ilusión no es algo tan disparatado. El filósofo Nick Bostrom ha planteado un caso relativamente sólido argumentando que nuestro universo podría ser una simulación informática holográfica, en cada punto yace la totalidad del código. ¿Por qué no pensar también que el universo es una broma? Acaso de un demiurgotrickster, enamorado del poder de las copias.
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