ÉBOLA: LAS PLAGAS O PESTILENCIAS SEGÚN JESUCRISTO Y EL LIBRO DE APOCALIPSIS
En Su sermón del monte de los Olivos
Jesús dijo que la primera fase del Fin de los Tiempos incluiría
pestilencias, junto con otras señales de los tiempos como falsos mesías,
guerras, hambres y terremotos.
“Porque vendrán muchos en mi nombre,
diciendo: Yo soy el Cristo; ya muchos engañarán. Y oiréis de guerras y
rumores de guerras: mirad que no os turbéis; porque todas [estas cosas]
tienen que acontecer, pero el fin no es todavía. Porque se levantará
nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Todos éstos [son] el principio de dolores”. – Mateo 24 versos 5 al 8
Para las Escrituras, el ébola vendría a
ser una plaga, una epidemia o una pestilencia. La palabra Griega usada
en Mateo 24 verso 7 y traducida como “plaga” es la palabra Griega
‘Loimos’ que significa pestilencia, plaga, epidemia, y también como
hambre en Lucas 21 verso 11 (Ver el Léxico Friberg).
Las pestilencias incluirían los animales
salvajes, los insectos, las plagas, las enfermedades y los peligros
ambientales. Estas cosas han sido problemas en todas las épocas, pero en
estos días hay una gran preocupación por las nuevas enfermedades como
el SIDA y las cepas resistentes a los medicamentos de viejas
enfermedades como la tuberculosis. La radiación del espacio, la radio,
la televisión y las señales de celulares, y los accidentes nucleares se
suman al creciente problema del cáncer, que afecta a la mayoría de las
familias de hoy. El terrorismo y las amenazas de guerra representan la
pesadilla adicional de lesiones o muerte por las armas nucleares,
biológicas o químicas.
Hay que distinguir entre las pestes que
sucederán antes de la gran tribulación y las que sucederán durante ese
futuro tiempo espantoso. Las calamidades de la pre-tribulación se darán,
nos dice Jesús, en distintos lugares del planeta, más no en todos los
lugares de manera simultánea. Así, por ejemplo, la peste negra del
Medioevo se localizó en los países de Europa, y las hambrunas en los
países pobres del tercer mundo. Así pues, los terremotos, las hambrunas,
las guerras, etc, que se han venido dando en últimos dos mil años, no
han sido catástrofes simultáneas en todo el planeta, sino que se han
localizadas en determinadas zonas y en distintos momentos. Así pues,
jamás podríamos suponer que esta enfermedad o peste del ébola se dará
necesariamente en todos los rincones del planeta, aniquilando a medio
mundo. Ahora bien, durante la Tribulación, el libro de Apocalipsis sí
nos predice aún mayores desastres mundiales que terminarán dañando
seriamente la vida y la misma existencia de toda la humanidad, al punto
de que nadie podría quedar vivo, salvo que intervenga Cristo
personalmente para terminar con todo este caos (Ver Mateo 24 verso 22).
Estos desastres tribulacionales, están simbolizados por los “Cuatro
Jinetes del Apocalipsis” (Apocalipsis 6 verso 1 al 8). Estos desastres
son, para comenzar, un falso mesías (caballo blanco), una gran guerra
(caballo rojo), hambruna (caballo negro), y luego la enfermedad rampante
generalizada y la muerte (caballo amarillo).
Y cuando él abrió el cuarto sello, oí la
voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí
un caballo amarillo, y su nombre el que lo montaba se llamaba Muerte, y
el Hades le seguía. Y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la
tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las
fieras de la tierra. – Apocalipsis 6 versos 7 y 8 (RV).
Si bien es cierto que en la futura gran
tribulación acontecerán terribles males mundiales en cada rincón del
planeta, incluyendo pestes, guerras, terremotos, hambrunas etc, sin
embargo es importante saber que todos estos males matarán, en su
conjunto, durante este periodo terrible de la historia de la humanidad, a
una de cada cuatro personas. Pero repetimos, no todos los que morirán
será sólo por causa de las pestes o enfermedades, y esto debe quedar
bien en claro.
Sin duda alguna, si combinamos las
pestes que se han venido dando, las guerras como vienen aún ocurriendo,
especialmente en el Medio Oriente, y la destrucción del medio ambiente
por causa del hombre, y el aumento de la maldad en distintos lugares,
podemos pensar que la mujer está a punto de dar a luz para la venida del
Hijo, en este caso, del Hijo de Dios al mundo, para traer un verdadero
Nuevo orden mundial, pero no al estilo de los illuminati satanistas,
sino al modo del Dios santo y verdadero. Está será nuestra verdadera
liberación del mal y del pecado y nuestra transformación para vivir en
el maravilloso reino de Dios en la nueva tierra.
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