lunes, 31 de marzo de 2014
Encuentran en Egipto los cimientos de una pirámide con una tumba de 3,300 años de antigüedad
Tumba de 3,300 años de antigüedad.
Los cimientos de una pequeña pirámide que contiene una cámara funeraria en su interior, han sido desenterrados en un ancestral cementerio en Abidos, Egipto. Dentro de la cámara, los arqueólogos encontraron un sarcófago finamente trabajado y cubierto de grabados de dioses egipcios e inscripciones jeroglíficas que invocan conjuros para ayudar a los difuntos a alcanzar el más allá.
Durante las excavaciones en la sagrada ciudad de Abidos, una de las más primitivas del Antiguo Egipto y hogar de muchos templos importantes, los investigadores dieron con una entrada rectangular con enormes muros. El hueco de la entrada sirvió como base para una pirámide cuya altura se estima fue de 7 metros. “Originalmente, uno hubiera visto solamente la pirámide y quizás un sutil muro alrededor de la estructura solo para guarecer todo”, dijo Kevin Cahail, un estudiante de doctorado de la Universidad de Pennsylvania que lidera los trabajos de excavación de la tumba. En una de sus cámaras abovedadas, los arqueólogos hallaron el sarcófago que posee grabados y textos del Libro de los Muertos. Sin embargo, aparentemente fue saqueado en la antigüedad y estaba totalmente vacío.
En una de las cámaras funerarias los arqueólogos hallaron un sarcófago de arenisca pintado de rojo, el cual había sido creado para un escriba llamado Horemheb.
De acuerdo a las inscripciones, el sarcófago habría sido creado para un tal Horemheb. También figura el nombre de Ramesu, “Supervisor del Establo”, quien pudo haber sido el padre o el hermano mayor del difunto. A pesar que Horemheb no estaba en su sarcófago, en el lugar se encontraron otros restos humanos. Los arqueólogos desenterraron los esqueletos de 3 o 4 hombres, una docena de mujeres, y al menos 2 niños. Este número desproporcionado de mujeres llevó a los estudiosos a especular que Horemheb y Ramesu tenían múltiples esposas. Si bien la poligamia era una práctica habitual entre los faraones, no hay datos suficientes para asegurar que también lo fuera entre personas no pertenecientes a la realeza. Futuros análisis de radiocarbono a efectuarse sobre los esqueletos de la tumba, ayudarán a responder a esta especulación. Entre los tesoros que surgieron de la excavación, se hallaron varios shabtis, figuras siervo que llevaban a cabo las tareas necesarias de los fallecidos en el inframundo; y también un amuleto de corazón hecho de jaspe rojo y verde. Amuleto de jaspe en forma de corazón. “Es un objeto hermoso y posiblemente uno de los mejores ejemplares de este tipo de amuletos. Con seguridad fue colocado en el pecho del fallecido junto con collares y otras cosas de oro”, dijo Cahail. Cahail explicó que el amuleto en forma de corazón estaba relacionado con los conjuros del Libro de los Muertos y el Juicio de Osiris. Los antiguos egipcios creían que, posterior a la muerte, el corazón era pesado contra la pluma de la verdad en la balanza de Maat. Si el corazón era más ligero que la pluma, al difunto se le permitía pasar a la otra vida. De no ser así, era destruido.
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